El estudio de la vida psíquica fetal en relación al desarrollo psico-emotivo del niño considera de fundamental importancia la comunicación mujer– feto durante el embarazo.
El vínculo entre la madre y el bebé está plagado de ritmos, sonidos, vocalizaciones, movimientos, balanceos y canciones de cuna. La Música es el vehículo de comunicación entre hijos y padres, a través de la creación de intensos momentos afectivos que constituirán una reserva de emociones positivas que llevarán con sí mismos toda la vida.

La música puede ser favorecedora del vínculo primario, ayudando al bebé a sobreponerse a los temores arcaicos y enfrentarse a la separación. La música un verdadero “Acompañador perinatal”

Días Roselló (1) y otros retoma lo planteado por Arminda Aberastury: La música es la evocación de la voz de la madre, es reeditar la relación con ella y la naturaleza, es superar la angustia depresiva temor de perder a la madre, es poblar el silencio.

Alfred Tomatis. (Otorrinolaringólogo, investigador problemas de la audición y del lenguaje) dice al respecto: Cuando una persona oye la voz de su madre, filtrada en las condiciones de escucha intrauterina, cualquiera que sea su edad, revive un estado fetal. Esa reviviscencia provoca el recuerdo de lejanos «imprintings» fuertemente conservados, ya que uno no pierde las sensaciones ni la conciencia de la vida prenatal.

Al decir de distintos autores: Bebé envuelto en un baño sonoro. Universo sonoro (Alfred Tomatis (2), Aucher 1993, Imberty 2000). Baño melódico (Anzieu 2010(3)).

Durante la digestión, el feto está en el palco de honor. Percibe los borborigmos del intestino y del estómago en una especie de tormenta permanente. La respiración provoca una incesante resaca, comparable al flujo y reflujo del mar en un día de fuerte oleaje.
Encima de él resuena el tic-tac cardíaco.
También están todos los ruidos provocados por los movimientos de la madre: movimientos de su cuerpo y movimientos del roce sobre el útero.
Los ruidos exteriores, en cambio, llegan fuertemente atenuados debido al espesor de la pared uterina.
¿Cómo oye el feto la voz de su madre? ¿Cómo llegan hasta él los sonidos? Desde el exterior? Acabamos de ver que es imposible.
¿Por el corazón? ¿El intestino? Sería muy difícil debido a la composición de los órganos internos.
La única vía en que se puede pensar es la conducción ósea y, en particular, la columna vertebral, puente vibrante entre la laringe y la pelvis. Durante el embarazo, se refuerza la verticalidad de la mujer. El abdomen (o vientre) crece hacia adelante provocando un enderezamiento de la columna vertebral. Esa nueva postura aumenta la capacidad del cuerpo para cantar. La voz de la madre cambia. Es más bella, mas cálida. Las grandes cantantes, cuando están encinta, se encuentran en plena posesión de su órgano.
El vientre pesa tanto que empuja el diafragma hacia abajo, lo que confiere a la voz mayor riqueza en armónicos. Al vibrar la laringe, la columna vertebral reacciona como la cuerda de un arco. La pelvis se convierte en una enorme caja de resonancia.
Algunos experimentos clínicos muy recientes, de los cuales el lector encontrara amplio eco en este libro, acaban de poner en evidencia esa difusión de la voz materna a través de la cual se establece o se deshace una relación psicológica determinante.

El sonido es el puente perinatal por excelencia

Víctor Guerra (2015⁴) El sonido es organizador de la estructura psíquica del bebé. El ritmo es organizador de la angustia del bebé y la madre.

El baño melódico modula sus emociones y sienta las bases de un apego seguro.

Si la acogida de un niño es problemática, puede marcarlo profundamente. En el útero, vivía como un rey en su palacio, feliz en su capullo. De repente, su universo explota, se ensancha, cambia de dimensión. Ya no percibe sus límites, no puede tocar sus paredes. En ese momento puede nacer la angustia si los que le rodean no le proporcionan ese sentimiento de seguridad que ha perdido por unos instantes.

La precocidad de las habilidades sensoriales y perceptivas del feto

El primer contacto del feto con el sonido ocurre receptores de pacini, las células encargadas de alertarnos cuando algo nos toca, reaccionan del mismo modo cuando sentimos presión física en la piel o cuando vibra el líquido amniótico entre el 2º y el 5º mes de embarazo (Montagú 1971⁵).

El oído no está anatómicamente maduro hasta alrededor de la 24ª. semana de embarazo.

El feto comienza a percibir sonidos hacia la semana 20. (Shahidulla & hepper 1994⁶)

Es la capacidad de discriminación de sonidos del feto. Respuesta de habituation sonora ⁷

La voz es un puente de conexión entre el periodo prenatal y el mundo.

El con-tacto con la madre constituye una modalidad de protolenguaje. Los sonidos del mundo intrauterino son señales de una relación que se define en el tiempo. En un primer mundo interactivo

Mathernes, hace referencia a rasgos específicos del habla dirigida al bebé que presenta rasgos identificables como musicales: expresividad, imitaciones mutuas, melodioso, etc

Para sentir el deseo de comunicar intensamente con el ser que lleva en sus entrañas, cantar conlleva implícita la pregunta de: “cantar para quién?.

La percepción de las reacciones del feto en el útero durante el canto, el imaginar en qué posición está escuchando, su expresión, el aprecio que siente hacia lo que se le canta, etc., ayuda a la mujer a tener presente al niño o niña como un sujeto con el cual entrar en relación ya desde la vida prenatal, para luego lograr, durante el momento del parto, reencontrarse y reconocerse.

La Música forma parte de Human Universals⁸. Investigación: formas de cultura, todas las formas de acunamiento o rituales con sus bebés que contienen canciones de cuna. (F. Guinle)

Combinación entre acunamiento, contención, sonido estructurado de la música, voz recreación arquetípica del ambiente intrauterino. La música es el acompañante perinatal por excelencia.

La atracción de un neonato hacia el mundo sonoro-musical se explicaría, por ende, en relación a la vida prenatal: el ritmo de la música recordaría el del movimiento compartido en la fluidez del líquido amniótico (Sandra Masci: Lugares sonoros de la primera infancia).

En el ser parte activa, la madre gradualmente construye un imaginario de su niño a través de un pensamiento fantástico que se basa en sentirlo como parte de sí misma, con aquellos atributos relacionales que toma de señales de movimiento y sonido. Una especie de condición de lenguaje primordial que cada pareja madre-hijo desarrolla en manera única e inimitable y que no es otra cosa que el preludio a la comunicación corpórea del periodo prenatal. En el nacimiento la voz de la madre actuará como un maravilloso instrumento sonoro capaz de dar continuidad a la experiencia musical y rítmica precedente, constituyendo un tipo de comunicación pre verbal totalmente confiada al sonido.

Es este el sonido sobre el cual se basan las experiencias estéticas sucesivas. Como si la voz materna entendida como un objeto acústico dotado de una forma y cargado de afectividad sea capaz de modular cada futura capacidad del ser humano de tener una representación interna de un evento musical.

Altmann de Litvan (2001¹) La música desempeña una función socializadora de enculturación desde la vida intrauterina, de transmisión del entorno cultural en donde el niño ha nacido

El niño recién nacido tiene reacciones de reconocimiento de frases musicales escuchadas en la séptima semana de vida prenatal.

(J. Feijoo¹⁰ tocó el tema de fagot de Pedro y el lobo de Prokofiev. Luego del nacimiento los bebes que habían sido parte del estudio dejaban de llorar y abrían los ojos. Renee Pietrafesa músia de Debussy. Boris Brott, director de orquesta. Música tocaba su madre, violoncelista) ¿????

(De Casper & Fifer 1980¹¹, Melher & Dupoux 1992) Niños de 3-4 días distinguen y prefieren la voz de sus madres en comparación con las de otras mujeres, y su lengua madre de otros lenguajes.

El espectrograma sonoro del llanto de bebes prematuros de 27 semanas revela ya la presencia de características vocales específicas de la lengua madre. Estudios entre la prosodia francesa y alemana, dan cuenta que el canto de los neonatos es distinto según como sea su lengua madre.

1. Díaz Roselló, J.L., Guerra, V., Strauch, M. et al. (1991). La madre y su bebé: Primeras interacciones. Buenos Aires: Ed. Roca Viva.

2. Alfred Tomatis (1989)– “Nueve meses en el paraíso – historias de la vida prenatal”.

3. Anzieu, D. (2003). El yo-piel. Madrid: Biblioteca Nueva.

4. Guerra, V. (2015). El ritmo y la ley materna en la subjetivación y en la clínica in-fantil1. Revista uruguaya de Psicoanálisis (en línea),120, 133-152.

5. Montagú A., Touching: the human significance of the skin. NY 1978.

6.Shahindullah S., Hepper P.G. “Frequency discrimination by the fetus”. Early Human Development 1994.

7. Della Vedova A., Imbasciati A. “Alle origini della mente,: lo studio della vita psichica fetale”

8. Donald Brown, “(Human Universals) comprise those features of culture, society, language, behavior, and psyche for which there are no known exception.”

9. Altmann de Litvan, M., Weigensberg de Perkal, A., González, E., et al. (2001). Arrullo, ritmos y sincronías en la relación madre-bebé. Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y Técnicas Corporales,1, 50-62

10. Feijoo J. (1981) “Le foetus, Pierre et le Loup”,

11. De Casper, A.J. & W.P. Fifer (1980). “Of human bonding – newborns prefer their mother’s voice”.